Los mensajes que se transmiten sobre el amor y las relaciones de pareja desde los libros, cuentos, cine, series,… abogan por un amor único, incondicional y de entrega total al otro; mensaje que choca con los aspectos que Coto Talens nos expuso en la conferencia que ofreció en Castellón el pasado 12 de febrero. En su charla, «La simetría en las relaciones», habló sobre las relaciones de pareja y, concretamente, sobre tres aspectos de las relaciones: la violencia de género, la simetría-asimetría, el empoderamiento y espacio vital.

Hablar de las relaciones de pareja, nos hace adentrarnos en el tema de la violencia de género, no porque estas conductas se produzcan en todas las relaciones, pero sí indudablemente, porque esta violencia se produce en las relaciones de pareja. No son el único espacio en el que estos comportamientos están presentes, pero sí el más identificado y visibilizado: la Mutilación Genital Femenina, el abuso y acoso sexual y por razón de género,… son conductas de violencia de género poco identificadas con esta violencia. Dado que en este caso el tema general de la conferencia eran las relaciones de pareja, se plantea la necesidad de incluir la violencia de género en el debate.

Como señaló Coto, la violencia de género se tiene que trabajar desde nuestras relaciones de lo cotidiano. Tenemos que ir trabajando para que en las relaciones cotidianas se asienten sobre los principios de igualdad, para así ir modificando las pautas culturales hacia la igualdad. Necesitamos que las relaciones cotidianas sean igualitarias para que la cultura también transmita igualdad.

La violencia de género aparece como una estrategia de castigo ante la desobediencia que sirve para perpetuar el orden establecido, por eso la violencia de género se asienta en las relaciones asimétricas.

En segundo lugar, el aspecto del empoderamiento fue destacado por su relación con el espacio vital. El espacio vital incluye necesidades, recursos, creencias, comportamientos, actitudes, conductas, pensamientos,…, y una vez conocemos la dimensión de nuestro espacio vital, podemos poner límites a éste. En nombre del amor, en ocasiones, se permite la invasión del espacio vital, por lo que el empoderamiento se esfuma de estos espacios relacionales. Esta invasión del espacio vital va en detrimento del empoderamiento.

En tercer lugar, Coto señaló los tres principios que sustenten las relaciones simétricas:

• Principio de equivalencia humana: Marcela Lagarde.
• Principio de cuidado al otro y de sí: Michel Foucault.
• Principio del compromiso: mirar al otro, hacerle visible.

Según señaló Coto, estos principios son los que definen las relaciones simétricas, por ello cuando éstos no se dan, hablamos de relaciones asimétricas. En las relaciones asimétricas hay una desproporción de las voluntades, en la que una persona de la pareja intenta que la otra atienda a sus necesidades, cediendo parte de su espacio vital para ocuparse del de la otra persona. Como consecuencia el espacio vital de una parte se reduce y se acerca al espacio de la otra, reduciendo sus necesidades, recursos, creencias y demás aspectos ya mencionados, para dedicarse al cuidado de la otra persona, y viendo el mundo a través de los ojos de su pareja. La violencia de género es un medio que contribuye a este proceso, los malos tratos físicos, psicológicos y sexuales sirven como instrumento para someter al dominado y que incorpore como propia la visión del dominador.

En este proceso de perdida del espacio vital, cuando la persona dominada empieza a empoderarse va saliéndose del espacio vital de la otra para delimitar el propio, de modo que recupera el control sobre sus necesidades, recursos, creencias, comportamientos, actitudes, conductas, pensamientos,…

Tras esta interesante conferencia, y todas las reflexiones realizadas sobre las relaciones de pareja, me quedo con la idea de que la violencia de género, la asimetría-simetría en las relaciones, el empoderamiento y el espacio vital marcan la diferencia para el buen desarrollo y establecimiento de la relaciones de pareja. Relaciones libres de violencia de género, —y me refiero a cualquier tipo, no solo a los malos tratos físicos—, asentadas sobre condiciones de simetría —entendidas desde la igualdad, en las que ni una parte es superior ni la otra asume imposiciones—; y en las que el respeto del espacio vital de cada parte está presente —existiendo empoderamiento de ambas partes sobre las propias decisiones y acciones personales—, son las cuestiones que deben promoverse en las relaciones de pareja, y también el resto de relaciones, para entenderlas como igualitarias. Como decía Coto en la conferencia, hagamos estos cambios en nuestras relaciones cotidianas y conseguiremos que la cultura cambie.