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Ayer se celebró en Valencia la 14ª Jornada Vivir en Salud, cuyo tema de debate fueron las desigualdades en salud y género, tema que ciertamente hay que sacar al debate público. Cuando se habla del género y de las políticas de igualdad la mirada se centra, en primer lugar, en la violencia de género, y en segundo, en las acciones que se dirigen específicamente a las mujeres. Sin embargo, la perspectiva de género en las políticas públicas debe incorporarse en todos los ámbitos: educación, servicios sociales, urbanismo, salud,…
Inicialmente puede no entenderse que se deba incorporar la perspectiva de género en toda la agenda política. Tenemos una idea de desigualdad de género muy limitada y concreta, pero las desigualdades se producen en todos los ámbitos y es erróneo pensar que la perspectiva de género no es necesaria en todas las áreas. Cuando se analizan las realidades con una visión de género se vislumbran algunas desigualdades que hasta entonces han estado ocultas tras una supuesta neutralidad.
Un ejemplo de esto se produce en la salud, las mujeres y los hombres enfermamos de forma diferente, pero no solo porque tengamos diferencias biológicas, sino debido también a las variables medioambientales que influyen en nuestra salud. Por ejemplo, se ha analizado el estado de salud de hombres y mujeres que desarrollan trabajos productivos, y se ha observado que las mujeres tienen peor salud que los hombres debido a la doble carga (trabajo productivo y doméstico) que éstas asumen.
Como se señaló en la jornada existe una paradoja:
1. El género en la agenda de la salud pública
Esta mesa se centró en explicar cómo se está incorporando la perspectiva de género en las políticas sanitarias. Es importante que haya un compromiso político para llevar a cabo medidas desde la perspectiva de género, ya que éste tema suele generar bastantes reticencias. Por lo que, si se consigue el compromiso político en la implantación de medidas de igualdad ya tenemos un camino recorrido.
Estas son las aportaciones más significativas de las dos ponentes en relación a su tema de exposición:
Investigación en las desigualdades en salud y género
por Vicenta Escribà-Agüir
El género influye en la forma en que enferman las mujeres y los hombres, debido a:
- Los roles y normas sociales.
- El desigual acceso y control de los recursos.
- El trabajo fundamentado en el género.
- Las características físicas de las mujeres y los hombres.
La incorporación del género en las estrategias de salud. Buenas prácticas en salud reproductiva
por Carmen Barona Vilar
- La recopilación de datos, tanto cuantitativos como cualitativos, que incluyen el sexo (también a la clase social, la edad y etnia) como variable, aporta información significativa que garantiza una mejor adecuación de las propuestas y actuaciones en materia de salud.
- Hay que seguir fomentando la buenas prácticas para reducir las desigualdades de género.
- La desigualdad de género sigue siendo un reto.
2. La tranversalidad del género en salud pública
Esta mesa se centró en explicar cómo se lleva a la práctica la perspectiva de género en distintos tipos de políticas, en este caso concreto, en la formación y en el Programa MIHsalud.
Estas son las aportaciones más significativas de las dos ponentes en relación a su tema de exposición:
La formación y sensibilización con enfoque de género en los planes de formación de la Conselleria de Sanitat
por Rosa Marín Torrens
Se está dando formación específica sobre género, esta formación está poniendo énfasis tanto en visibilizar las desigualdades de género como en hacer comprender su origen.
Hay indicadores que muestran los efectos positivos de promocionar la formación en género en el personal sanitario.
«Si sensibilizamos al personal sanitario, estaremos sensibilizando a toda la población»
Participación en los programas de salud con perspectiva de género
por Joan Paredes Carbonell
Incorporación del mainstreaming en las políticas públicas, lo que significa que la transversalidad de género esté presente tanto en el análisis, la formulación, el seguimiento y la evaluación de los planes, programas y proyectos de salud.
Hay que poner a la persona en el centro del proceso. No hay que incorporar a la persona una vez diseñado el programa, sino que se debe partir de las personas.
La finalidad de todo programa es la acción, la transformación, y la incorporación de la perspectiva de género sirve para generar cambio.
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